Ciertamente puede ser humano dar la espalda a los sentimientos porque bastante «tiene uno con lo suyo»; sin embargo a poco que te pares, respires y observes tu interior, comprenderás lo errado del juicio. A poco que levantes la mirada de tu zona de confort verás que hay quién carece hasta de suelo bajo sus pies. Soy Embajadora de UNICEF, por tanto estoy musculada para reaccionar en las crisis, sin embargo a veces detecto situaciones invisibles ante las que cuesta mucho movilizarse, ante las que parece un mundo apelar a la empatía. Esta es una de ellas, por eso te necesito. Os necesito.
Puede que hayas oído hablar de los rohingyas, pero la información resulta tan confusa y lejana que pronto desconectas. Veremos si mi explicación te ayuda: los rohingyas son una minoría étnica que la ONU describe como un pueblo “sin Estado” dentro de Birmania; alrededor de un millón de personas concentradas en el norte del estado de Rakhine, cerca de la frontera con Bangladesh. Ahora son menos. Ahora muchos han muerto.
A diferencia del 90% de la población birmana, de culto budista, los rohingyas son musulmanes. No tienen reconocimiento ni como ciudadanos ni como grupo étnico, y carecen de libertad de movimiento. Entrar a dilucidar su origen se torna complejo: los líderes de la comunidad defienden que son descendientes de comerciantes árabes, pero el Estado birmano asegura que se trata de migrantes musulmanes que cruzaron a Myanmar durante la ocupación británica. «Advenedizos» que no pueden casarse ni desplazarse si autorización expresa. No poseen tierras ni propiedades. Están confinados en guetos insalubres, como el de la foto, y sobre ellos se ejerce una enorme violencia, a veces civil y otras orquestada desde el gobierno.
La mitad de la población rohingya son niños y niñas, muchos sin padres, sin techo, sin recursos y sin patria. Cuando durante este mes arrecien las lluvias, en época del monzón, su situación se oscurecerá dramáticamente. #LoPerderánTodo. Por esto te ruego que me ayudes a divulgar este post, dando a conocer quiénes son los niñ@s rohingyas y que difundas también este link de UNICEF donde sugerimos cómo ayudarlos.
Se necesitan recursos. Fondos para alimentos y viviendas más seguras antes de que esas chozas de adobe y plástico sean arrasadas por el agua. Y soci@s. Gente comprometida con el mundo que nos ha tocado vivir. Somos responsables de lo que nos rodea. #HelpingByDoing #LaInfanciaSiempreEsLoPrimero
Gracias, gracias, gracias.